viernes, 3 de diciembre de 2010

2011 es el año

Guardo un email del 22 de agosto del 2003 donde quien ahora es mi socio y gerente general de Emprendimientos del Litoral me proponía fundar una empresa de forestación. Una empresa de forestación podía ser muchas cosas, una empresa que plante árboles, una empresa que venda plantines, una empresa que asesore a productores forestales… podía ser tantas cosas. Tuvimos que entender de qué se trataba y para contar la historia es interesante revisar hitos sin olvidar, por supuesto, tareas constantes y continuas a lo largo del tiempo. Sin duda el primer hito fue la idea en la cabeza de Darío, el gestor de todo esto, sus contactos uno a uno y la primera reunión. A partir de eso los primeros pasos fueron en tres frentes: conseguir un campo, escribir los contratos de socios e inversores y armar un sitio web. Mientras avanzábamos en cada uno, dimos con la visión y misión de la empresa. Uno podría esperar que esto sea anterior y piedra fundamental de cualquier emprendimiento, pero la verdad es que como la pluma al viento de Forrest Gump, a veces descubrís el camino mientras lo vas transitando o el viento te lleva directamente.

Así acordamos y nos propusimos ser la empresa de inversiones sólidas, tangibles, de mediano y largo plazo de mayor confiabilidad y reconocimiento en el mercado local. Es un ejercicio muy grato mirar hacia atrá y ver que la estela, si bien hubieron algunos virajes, es derecha. Estamos hablando de 2003 y la crisis de fines de 2001 fue triste motivador de lo que quisimos ofrecer y efectivamente ofrecimos. Y cito nuestra misión: Crear una alternativa de inversión rentable garantizada por un activo subyacente: “el bosque”, que salvaguarda el valor futuro de los ahorros invertidos por nuestros clientes.

El primer emprendimiento fue el Establecimiento Forestal Morena, 170 hectáreas de eucaliptus y pinos que en 2011 tendrán siete años. Y el séptimo año es un momento único, el momento en el que hagamos el primer raleo, esto es sacar uno de cada cuatro especímenes, venderlo como poste y maximizar el crecimiento de los tres que quedan. Y esa venta va a generar dividendos para nuestros inversores. Y nuestros inversores, además de haber disfrutado de bien merecidos paseos por nuestros campos y de unos cálidos y sencillos asados, ahora van a percibir ganancias, dinero. Es el momento de la verdad. Y esa verdad va a generar nuevas inversiones. Se van a acercar otros, convencidos por ese medio centenar de clientes que hoy tenemos. Porque después vino José Ignacio, y este emprendimiento tiene unas 40 hectáreas de forestación adulta que en el 2011 van a generar dinero para los inversores de José Ignacio. Y tanto la reinversión, como el boca en boca, nos van a dar ese salto cuantitativo que estamos esperando y que figura en nuestros planes y pronósticos.

“No me gusta decir te lo dije, pero te lo dije” dice el adagio popular. Que tal vez es menos que un adagio o dicho, pero al menos google lo reconoce como tal. El hecho es que hago este pronóstico a fines de 2010. Tal vez para poder usar el adagio a fines de 2011, tal vez para que me atrape la profecía autocumplida, tal vez para imponérmelo o imponérselo a mis socios. Así va a ser. No es mi primera profecía. Predije que nunca iba a haber un software de gestión contable antes de SAP y me fundí haciendo software de gestión contable. Predije en 1999 lo que hoy es Paypal, y tuve mi intento punto com. No se si mi predicción será real, pero voy a ser fiel a mi predicción. Siempre lo hice.

Entonces: si querés saber sobre una inversión que sostiene una TIR del 12% durante 10 años (si, 10 años la sostiene), pregúntame, pregúntame, como dijo el burrito de Shrek.